LAS ENFERMEDADES Y LA MORAL DE NUESTRO PADRE DE LA PATRIA

LOS ANDES.COM.AR
Los que lo seguimos desde hace años sabemos de su problemática y no se nos podía escapar el fino estratega, que preparó la mayoría de nuestros combates, incluída la guerra en el norte, pero seguimos escuchando tonterías.

Las enfermedades de pulmones y de la vista. El general José de San Martín no solo fue protagonista de hazañas militares y políticas decisivas para la independencia sudamericana, sino también de una lucha silenciosa y constante contra múltiples dolencias físicas que lo acompañaron durante buena parte de su vida.
Asma: el mal que desvelaba a José de San Martín
Una de las afecciones más persistentes fue el asma. Esta enfermedad respiratoria comenzó a manifestarse alrededor de la tercera década de su vida y lo forzó, en muchas ocasiones, a pasar las noches en vela, sentado para poder respirar. Según el historiador Mario Dreyer:
Reumatismo, temblores e insomnio
A esta condición se sumaron numerosos episodios de reumatismo. Se calcula que sufrió entre diez y doce ataques a lo largo de su vida. Uno de los más severos ocurrió durante la batalla de Chacabuco, donde apenas podía mantenerse a caballo. Además, padeció insomnio, temblores en la mano derecha, nerviosismo e irritabilidad. Muchos de estos síntomas parecían estar vinculados al estrés extremo, al dolor físico crónico y a las infecciones contraídas en distintos momentos.
Fortaleza moral hasta el final
A lo largo de su vida, la salud de San Martín fue frágil, pero su fortaleza moral y su compromiso con la causa americana lo impulsaron a sobreponerse una y otra vez. Vivió con dolor, limitaciones físicas y sufrimientos que no quebraron su voluntad ni su determinación. Su cuerpo fue el testigo silencioso de una vida extraordinaria, marcada por la historia, el deber y la enfermedad.

José Francisco de San Martín es más que un héroe nacional; es un modelo de coherencia y ejemplaridad. A más de 200 años de su existencia, su vida y su obra siguen siendo una fuente de inspiración, no solo para los argentinos y americanos, sino para todos aquellos que creen en la posibilidad de un mundo más justo, libre y progresista.
Para San Martín, la palabra no era un mero instrumento de comunicación, sino un compromiso sagrado. Sus proclamas y discursos públicos, como así también sus cartas y escritos privados reflejan una claridad y una firmeza que inspiraban confianza y respeto. En sus cartas, se puede ver a un hombre que no solo hablaba de libertad y justicia, con un fuerte apego a la ilustración y formación, sino que también vivía esos valores y los transmitía con el ejemplo. Su famosa frase “Seamos libres, que lo demás no importa nada” encapsula su compromiso inquebrantable con la causa de la independencia. Al igual que su convicción irrenunciable por la educación, expresada en varios de sus escritos en los que aseguraba que: “…la ilustración y fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos; ese que ha sido la cuna de las ciencias ha sufrido el ominoso destino que le decretaron los tiranos para tener en cadenas los brillantes ingenios de ese país; yo deseo que todos se ilustren en los sagrados libros que forman la escuela de los hombres libres”.
Para San Martín, la palabra no era un mero instrumento de comunicación, sino un compromiso sagrado. Sus proclamas y discursos públicos, como así también sus cartas y escritos privados reflejan una claridad y una firmeza que inspiraban confianza y respeto. En sus cartas, se puede ver a un hombre que no solo hablaba de libertad y justicia, con un fuerte apego a la ilustración y formación, sino que también vivía esos valores y los transmitía con el ejemplo. Su famosa frase “Seamos libres, que lo demás no importa nada” encapsula su compromiso inquebrantable con la causa de la independencia. Al igual que su convicción irrenunciable por la educación, expresada en varios de sus escritos en los que aseguraba que: “…la ilustración y fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos; ese que ha sido la cuna de las ciencias ha sufrido el ominoso destino que le decretaron los tiranos para tener en cadenas los brillantes ingenios de ese país; yo deseo que todos se ilustren en los sagrados libros que forman la escuela de los hombres libres”.

La coherencia entre su pensamiento y palabra se reflejaba en cada una de sus acciones, siendo el primero en poner en práctica lo que pedía a sus colaboradores, dirigentes y pueblo todo. San Martín no solo predicaba la libertad e independencia, sino que utilizó todo el poder a su alcance para conseguirla, tanto en el plano político, jurídico como militar a través de la acción en los campos de batalla. Su campaña militar, que incluyó la épica travesía del Cruce de Los Andes y la posterior liberación de Chile y Perú, es un testimonio de su valentía y determinación. Pero más allá de sus hazañas militares, San Martín demostró una integridad moral que lo distinguía del resto de los dirigentes, incluso de su tiempo. Rechazó honores, premios y títulos, ejerciendo el poder con probidad y transparencia tanto en la Gobernación Intendencia de Cuyo como desde el Protectorado del Perú, y una vez cumplida su misión se despidió, prefiriendo retirarse a una vida privada en Europa, lejos de las intrigas, las luchas de poder, y el enfrentamiento entre hermanos que derramaba sangre americana; barbarie que no comprendía y “que le llegaba al corazón”.


Comments

Popular posts from this blog

LOS OMAHUACA

PROPUESTA PEDAGÓGICA DE CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDADANÍA 1

UN CALUMNIADOR SERIAL