LAS HISTORIAS DEL BISABUELO 1

LAS HISTORIAS DEL BISABUELO 1

Debo aclarar que no usaba una camiseta del Colón de mis amores a pedido de un amigo y por ser los mismos colores de mi Club. Intentando evitar problemas y fue muy exitosa esa acción.

Luego de vivir fuera de la familia, alquilando, pasé un tiempo viviendo con mi padre en varios lugares. Pero en el viejo chalet familiar, hasta que mi tía paterna logró pasar a ser la legítima dueña, como correspondía, pude conocer que en el lugar había vivido el bisabuelo, en una pieza al fondo.

 En ese lugar tenía largas charlas con mi padre. En algún momento creyó que era tiempo que me instruya sobre la vida de ese teniente coronel morocho (de ascendencia negra), que pasó por un largo período de oficial y luego de funcionario, en varias gobernaciones, en la época en la cual, lo normal, en Santa Fe, eran los oficiales formados en lo que era el Ejército Santafesino. Vale decir, cuando no se habían incorporado, por derecho propio, al ejército nacional.

En esa pieza pequeña, fue capaz de capturar toda la atención de su nieto. Muchos años después disfruté de un prestigio, en la administración provincial, que venía del abuelo de mi padre y de mi propio padre y en parte era propio, que se notaba más con un militar nacional que fue ministro de salud, el que me llenó de recomendaciones y de distinciones. 

Existieron dos lugares destacados de educación, en la ciudad capital de Santa Fe (Santa Fe de la Vera Cruz): La escuela de los jesuitas, en la misma zona de la casa de gobierno  y la Universidad Nacional del Litoral, con su sede principal a unas cuantas cuadras de la casa de gobierno y en el centro de la ciudad.

Esa persona que sirvió como oficial del ejército a fines del siglo 19 y como funcionario en la primera parte del siglo veinte era una personalidad, que se destacaba por sus conocimientos, que traía desde sus estudios con los jesuitas. Su hijo y nieto estudiaron en la Universidad. Por otra parte, pudo haber alguno asombrado por la atención puesta sobre el San Martín de 1814 en el norte, en la Quebrada de Humahuaca, viene de esa personita de un metro cuarenta, de origen Asturiano, sobre la que tratamos más adelante. Y no conozco los pormenores, porque mi relator nunca se explayó en ese tema en particular o no tenía todos los detalles.